lunes, 22 de febrero de 2010


Sucumbida.




Sucumbida, hasta tu lecho llego
sin pensar que me abrigarías,
ese amor que maltrató mi ego
me dejó convaleciente y rendida.

Tu calor sin pensar me brindaste
suturando con tu amor mis heridas
me saciaste con tu aliento inherente
devolviendo el palpitar a mis días.

Acogiste mi dolor en tu lecho,
me dotaste de tu bella ternura
complaciente arrullaste mi pecho

Y saciaste esta sed sin mesura
me cubriste con tus fuertes brazos
soy tu niña, tu ilusión, tu locura.




Autor
Rocío Lizano.
Derechos de autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario